La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó este lunes la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para las elecciones legislativas de 2025. La medida, impulsada por el gobernador Axel Kicillof, fue sancionada con más de dos tercios de los votos en la Cámara de Diputados, tras haber recibido el aval del Senado. Este cambio implica que los bonaerenses votarán dos veces este año, el 7 de septiembre y el 26 de octubre, en lugar de tres.

La decisión ha generado intensos debates y divisiones tanto dentro del oficialismo como entre los partidos de la oposición. Durante la sesión, se evidenciaron tensiones internas en el peronismo, particularmente entre el sector alineado con Kicillof y La Cámpora. La diputada Susana González, cercana al gobernador, criticó duramente a los legisladores camporistas por no apoyar la modificación de los plazos electorales, una propuesta que fue excluida del proyecto final.

Desde el oficialismo, Kicillof defendió la suspensión de las PASO como una medida para simplificar el proceso electoral y ahorrar recursos. Sin embargo, la Junta Electoral bonaerense advirtió sobre la dificultad de cumplir con los plazos actuales para la organización de los comicios, especialmente considerando que más de 10.000 candidatos deberán ser validados en un corto período de tiempo.

Por su parte, sectores de la oposición como el PRO y La Libertad Avanza celebraron la medida. Cristian Ritondo, presidente del PRO bonaerense, calificó la suspensión como "un paso clave para cuidar el tiempo, el esfuerzo y el bolsillo de los bonaerenses". Desde La Libertad Avanza, en tanto, destacaron que la eliminación de las PASO representa el fin de un "curro insostenible".

No obstante, la medida también recibió críticas. Legisladores de izquierda y algunos miembros del oficialismo cuestionaron la falta de debate previo a la votación y señalaron que la suspensión de las PASO podría exacerbar la desconfianza en el sistema político. La diputada Laura Cano, del Frente de Izquierda, calificó como "insólito" que se haya votado la medida antes de discutir sus implicancias.

En el trasfondo de esta decisión, se encuentra un contexto de tensiones internas dentro del peronismo y ajustes en el cronograma electoral. Las PASO, implementadas en 2009, han sido objeto de debate en los últimos años, con sectores que las consideran costosas e innecesarias. La suspensión en Buenos Aires podría sentar un precedente para otras provincias o incluso a nivel nacional.

Con las elecciones legislativas programadas para septiembre y octubre, el foco ahora se centra en la organización de los comicios y en las negociaciones políticas para definir las candidaturas. La Junta Electoral y el gobierno bonaerense deberán trabajar contrarreloj para garantizar un proceso transparente y eficiente, mientras las tensiones políticas continúan marcando el ritmo del año electoral.