El intendente de Córdoba, Daniel Passerini, ha tomado una decisión drástica al solicitar la renuncia de todos los miembros de su gabinete, en un intento por reestructurar su gestión y enfrentar una delicada situación financiera. La medida, que afecta a 580 funcionarios, busca reducir el plantel en un 30% y mejorar la eficiencia administrativa.

La decisión fue comunicada durante una breve reunión en el Palacio 6 de Julio, donde Passerini explicó que la reestructuración es necesaria para adaptarse a las restricciones económicas actuales. Entre los cambios más destacados, se encuentra la disolución de la Secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria, cuyas funciones serán redistribuidas entre otras áreas. Además, Matías Vicente, un funcionario cercano al ministro de Economía provincial, Guillermo Acosta, asumirá un rol clave en la Subsecretaría de Finanzas.

La situación financiera de la municipalidad es crítica, marcada por una caída en la recaudación, la eliminación de subsidios nacionales y un aumento en la demanda de servicios sociales y de salud. Desde el municipio se insiste en que no se trata de una crisis de gestión, sino de una consolidación del equipo para enfrentar los desafíos actuales.

Sin embargo, la medida ha generado diversas interpretaciones. Algunos sectores ven en estos cambios una intervención indirecta del gobernador Martín Llaryora, mientras que otros los consideran un intento de Passerini por consolidar su liderazgo. "No hubo ninguna intervención de Llaryora", afirmó un dirigente cercano al intendente, quien también destacó que la reestructuración busca otorgar mayor poder de decisión a Passerini.

La oposición, por su parte, ha criticado la gestión municipal, señalando problemas en áreas clave como transporte y seguridad. Analistas políticos advierten que este movimiento podría tener implicaciones significativas en un año electoral, donde la gestión de Passerini estará bajo un escrutinio más intenso.

En este contexto, los próximos días serán cruciales para determinar el impacto de esta reestructuración en la administración municipal y en la relación entre Passerini y Llaryora. Mientras tanto, la ciudadanía espera que estas medidas se traduzcan en una mejora tangible en los servicios y en la gestión de la ciudad.